Una de las ciudades que fue más afectada en Ecuador por el fuerte terremoto de abril 16 fue Manta, el puerto principal del país. Mientras daños a la infraestructura del puerto no fueron inmediatamente identificados, los oficiales cautelosamente decidieron cerrar el puerto temporalmente para inspeccionar potenciales daños estructurales.
Mientras el resto del país se recuperaba, los oficiales portuarios actuaron rápidamente para resumir las labores portuarias tres días después. Además de la importancia económica de la continuidad comercial, la habilidad de usar el puerto fue crucial para los esfuerzos de ayuda en la región, con barcos de carga que traían suministros médicos, alimentos no perecederos, y hogares temporales (hechos de contenedores) a la región.
Adicionalmente a la importancia de reparar hogares, negocios, e infraestructura de transporte en un país después de un desastre natural, también es importante mantener la infraestructura portuaria, y la capacidad de comercio activa para prevenir impactos adversos significativos. Como lo vivió los estados unidos después del huracán Katrina en New Orleans en el 2005 y después del huracán Sandy en New Jersey en el 2012, dos ciudades portuarias de los Estados Unidos, coordinación entre los operadores de puerto, líderes de la industria, y los oficiales de aduanas fue necesaria para minimizar el potencial impacto económico.
Se espera que los esfuerzos de ayuda en Ecuador puedan alcanzar a los que lo necesitan y se considere apropiadamente la necesidad de facilitación de comercio entre las muchas áreas que lo necesitan. Elogiamos la rápida y responsable acción del personal del Puerto de Manta y tendremos a la gente de Ecuador en nuestros pensamientos mientras se recuperan de este desastre.
Para más información, puedes leer el artículo completo en El Comercio, o ver los boletines oficiales de la Puerto de Manta.