La salida de Reino Unido de la Unión Europea, ha causado nerviosismo y acciones desesperadas de parte de los migrantes que quieren trasladarse a Inglaterra, desde la costa de Francia. Por ello, las autoridades francesas han debido fortalecer controles en la Costa de Ópalo y las cercanías de la ciudad de Calais, donde se encuentra el puerto francés más próximo a Inglaterra y la terminal del Eurotúnel.
El año pasado fueron interceptadas 2758 personas tratando de cruzar el Canal de la Mancha de manera irregular, casi cinco veces más que en el 2018. Algunos son tan temerarios, o se sienten tan desesperados, que lo intentan a nado, a pesar de los 30 kilómetros de distancia que separan los dos territorios. También se han presentado casos de migrantes que ponen obstáculos en las carreteras para que los camiones de carga se detengan, abrir los contenedores y meterse dentro, con la esperanza de que la carga no sea controlada al abordar el ferry y lograr desembarcar en Inglaterra.
Previendo un Brexit duro, el puerto de Calais fue dotado con antelación de nuevas instalaciones para ampliar los controles aduaneros; mientras que las playas son patrulladas con motocicletas y modernos drones. El Ministro de Interior francés, Christophe Castaner, ha indicado que la prioridad del gobierno es armonizar lo mejor posible los controles de seguridad con Reino Unido, así como implementar y promover los trámites aduaneros electrónicos, para asegurar la fluidez del tráfico comercial para transportistas confiables, habilitados para utilizar canales rápidos sin inspecciones.
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