Los efectos de las medidas adoptadas para mitigar el COVID-19, han alcanzado a todas las industrias y economías del mundo. En Latinoamérica y el Caribe, el comercio intrarregional ha caído cerca de un 8%, mientras las exportaciones hacia el resto del mundo se han contraído en un 2,1%. Las proyecciones de crecimiento del Fondo Monetario Internacional, para los importadores de bienes de Latinoamérica y el Caribe en 2020 oscilan entre -0,1% y -6,1%. El recorte en la demanda afectará a México, los países caribeños y Centroamérica, que dependen fuertemente de las adquisiciones norteamericanas.
La reducción en la salida de buques de la región durante abril y la primera semana de mayo (en comparación con 2019) evidencia el problema. En los puertos de Moín/Costa Rica, Santo Tomás/Guatemala, Buenos Aires/Argentina y Kingston/Jamaica el número de embarcaciones disminuyó en más de 50%. De acuerdo con Naciones Unidas, entre todas las medidas aplicadas en Latinoamérica y el Caribe ante el COVID-19, con impacto sobre el comercio de bienes y servicios, solamente Argentina, Chile Guatemala, Panamá y Trinidad y Tobago implementaron facilidades generales para la importación; mientras que siete países impusieron restricciones a la exportación de productos médicos y artículos de higiene.
No obstante, la pandemia también ha visibilizado las ventajas de los trámites aduaneros electrónicos y podría promover la modernización de las instituciones de control fronterizo y comercial en la región. Durante situaciones complejas para los trámites presenciales, los países que dispongan de las plataformas digitales más robustas y completas, estarán mejor preparados para apoyar la actividad económica manteniendo seguros a sus ciudadanos.
Para más información consulte: Conexión INTAL http://conexionintal.iadb.org/2020/05/13/seguimiento-de-politicas-y-obstaculos-al-comercio/